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El Hombre Piadoso

Obtención de un Corazón Puro

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Finalizando Bien

Por

Rev. Pablo J. Bucknell

Traducido al Español por: Víctor L. Parise

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Obtención - 1 - 2 - 3 - 4 - 5 - 6 - 7 - 8 - 9 - 10 - 11 - 12 => Inglés
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Atrapado en Distracción

¿Enredado? ¿Seducido o Entrampado? ¿Distraído? ¿Desviado?

Toda una nueva generación de creyentes del NT empezaron a perder la visión de la gloria de Cristo.

Empezaron a caer de regreso en las viejas prácticas. El autor del libro de Hebreos presentó ante ellos un reto glorioso que les podría ayudar a ellos y a nosotros también durante nuestro empeño de conocer a Dios en todo su poder y esplendor.

Sin duda, hemos escuchado muchos mensajes sobre estos versículos. Mí propósito no es ir a profundidades sino de manera conciente anotar el problema y encontrar la solución.

Un problema

1 Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, (Hebreos 12:1).

Aún cuando tenemos una multitud de gente de pasado heroico y santo rodeándonos y viendo por nosotros desde las nubes del cielo, todavía podemos ser evitar participar. El pecado es descrito como una carga no liquidada, un peso, que podría retrasar a un corredor.

El pecado es ilustrado como algo que podría enredar el pie con el que el corredor se impulsa. Estos cristianos estuvieron separados solamente décadas de la vida, muerte y resurrección del Señor de la vida, pero estaban siendo detenidos. ¿Qué es lo que les detenía?

Tengamos HebrewsEl pecado. Nada más que el pecado. Sí, hay falsas enseñanzas alrededor de nosotros. Pero son esas semillas de la carne que parecen ser la causa de la mayoría de nuestros tropiezos.

Parece que cada semana, escucho de otro pastor o líder cristiano que cae en pecado. ¿Tuvieron que hacerlo? ¡NO! pero lo hicieron. Sí. ¿Qué es lo que nos hace diferentes a ti y a mí?

También tenemos una carne que está ávida de ser alimentada con nuestra atención. Clama por ser alimentada. Nos susurra que no importa. Un poquito no daña. Todo el mundo lo hace. Es un asunto tan sin importancia. Un peso pequeño atado al pie de un corredor fuerte no se notará al instante en su carrera.

Es tan experimentado y fuerte. Sin embargo, el peso extra pronto le costará. No tomará mucha red para atrapar el pie de uno con ella. Un poquito traerá como consecuencia que nos paremos. Para tropezar y caer. Pequeñísimas semillas, una vez sembradas, crecerán hasta convertirse en árboles grandes.

¿Somos tú y yo vulnerables? Definitivamente, Sí. La advertencia es para nosotros los que corremos. El Señor no está advirtiendo a aquellos que se han dado por vencidos o han caído. La advertencia es para que nosotros evitemos caer en estas trampas. El autor nos dio una solución.

La Solución

2 Puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios. (Hebreos 12:2)

Necesitamos estar enfocados en el Señor Jesús quién ha terminado la carrera, resistiendo todo, y conservando un corazón puro. Nosotros debemos tener nuestros ojos puestos en Jesús. Él está ahí para trabajar dentro de nosotros a fin de librarnos del aquellas distracciones de nuestra fe. A continuación, en el capítulo, veremos cómo Dios usa la disciplina para ayudarnos a alcanzar la meta de la pureza o santidad. Ésta es por nuestro bien, de forma que nuestro corazón crezca incesantemente puro. Sin este deseo por el Señor, caeríamos.

La clave para acabar esta dura carrera es tener a Jesús frente a nuestros ojos y en nuestros corazones. A finales del versículo 14, el dice, “Busca… la santificación sin la cual ninguno verá al Señor”.

¿Suena familiar?

Las distracciones que encontraremos durante la vida, aquellas trampas, aquellos enredos que ponen en peligro nuestro éxito, están sembrados en lo profundo de nuestro viejo corazón. El proceso de santificación elimina nuestro amor por estas cosas que de lo contrario nos seducirían.

La solución no es frenar esos otros amores o afectos. Su potencial para aparecer repentinamente y aprisionar nuestros pies siempre estará con nosotros. Nosotros, por supuesto, debemos desistir de nuestros demás amores o afectos de este mundo y de la carne. Pero esto no es suficiente; seremos atrapados, Nuestra única esperanza es mantener nuestros ojos en nuestro glorioso Señor.

¿Qué quiere decir esto? Debemos estar del todo atentos a lo que quiere nuestro Señor. Sencillamente que debemos estar enamorados de su belleza, tocados por su misericordia, movidos por su gracia y conmovidos o apasionados por SU palabra. No debemos desear nada más que a Jesús en nuestras vidas. Las otras cosas de la vida, han perdido su atractivo. Todo lo que queremos ahora es Jesús.

Una situación difícil está a nuestro lado listo para destruirnos. Pero el vencedor tiene a Cristo en su corazón. Éste no solamente llega a la meta sino que vive la vida más plena posible. Tratemos de buscar a Jesucristo, con un corazón puro.

Cuando fijamos nuestros ojos en Jesús, las cargas de nuestro cuerpo empiezan a caer una por una. Leamos de los testimonios de aquellos en las páginas de las escrituras. Tratemos ahora de analizar brevemente cómo ellos buscaron tener un corazón puro

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